lunes, 8 de febrero de 2016

"Es insostenible el argumento y vamos a apelar"

(24/11/2015)
La Cámara del Crimen de Chubut revisó las condenas por el asesinato de Julián Antillanca, ocurrido en 2010 a la salida de un boliche, y confirmó la prisión perpetua de dos policías, en tanto absolvió a otros dos. El padre del joven cuestionó los fundamentos del fallo y anticipó que apelarán ante el Superior Tribunal de Justicia.



Gustavo Ahumada

La Cámara del Crimen de la provincia de Chubut revisó las condenas por el asesinato de Julián Antillanca, ocurrido en septiembre de 2010, a la salida de un boliche, en la ciudad de Trelew. Por el hecho, tres policías habían recibido la pena de prisión perpetua y un tercero, había sido condenado a tres años, por el delito de encubrimiento. Hoy, la Cámara confirmó dos de las condenas, en tanto absolvió a los otros acusados.
La Justicia revisó la impugnación de la sentencia a pedido de la defensa de los policías, a cargo de Fabián Gabalachis y Gustavo Castro. En julio pasado, el tribunal integrado por los jueces Darío Arguiano, Adrián Barrios y Marcelo Di Biasse –en el marco del segundo juicio por los hechos– había condenado a los agentes Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba por  “homicidio agravado”, en tanto que el comisario Carlos Sandoval había sido condenado por “encubrimiento agravado”.
Ahora, los jueces Rafael Luchelli, Nelly García y Martín Montenovo modificaron esa sentencia: confirmaron las condenas de Solis y Abraham y revocaron las de Córdoba y del comisario Sandoval, a quienes absolvieron. Monteonovo fue el encargado de explicar la sentencia hoy, en el sexto piso del edificio que la Cámara tiene en la ciudad de Trelew.
En diálogo con Infojus Noticias, Cesar Antillanca, padre de Lucas, expresó su disconformidad con la sentencia y sostuvo que “es insostenible el argumento”. Además, anticipó: “Vamos a apelar al Superior Tribunal de Justicia de Chubut. El argumento es laxo por donde se lo mire y no se remite a lo ya juzgado anteriormente” porque, según explicó, “las responsabilidades son concurrentes”.
A partir de ahora, la querella tiene diez días hábiles para presentar la apelación y que el expediente sea girado al Superior Tribunal de Justicia de Chubut.
El homicidio
Durante el juicio, se dijo que Solis, Abraham y Córdoba trabajaron en la conocida zona de boliches de Trelew, la noche de la muerte de Julián. Trabajaron en el boliche “Místico” y a las seis de la mañana, al salir de allí, siguieron con su trabajo de “prevención”. Según la imputación del Ministerio Público Fiscal de la provincia, “quizá, luego de haber participado de una discusión con otras personas”, los efectivos abordaron a Julián y comenzaron a golpearlo.
Los policías redujeron al joven en el piso, uno le pisó la cabeza y el otro las piernas. El resto alejó a la gente que se encontraba en el lugar. Decenas de personas, que salían de los boliches, presenciaron la situación. A los policías no les importó: la golpiza fue brutal; golpes en el rostro, la cabeza, el tórax y las extremidades, mediante trompadas, patadas y hasta elementos contundentes. Julián murió aquella madrugada.
Los efectivos cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron en la calle, con el objetivo de hacer desaparecer todos aquellos vestigios que pudieran involucrarlos. La historia oficial atribuía la muerte a un coma etílico. Pero los mismos policías que golpearon a Julián, horas antes, habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay, a la salida de otro local bailable. Los hermanos Aballay denunciaron lo ocurrido y los agentes recibieron una condena leve por apremios ilegales, aunque no llegaron a declarar en este nuevo juicio por la muerte de Julián: fueron fusilados a principios de 2014.
En julio pasado, cuando se dio a conocer la condena, el tribunal absolvió al oficial Pablo Morales. Los magistrados entendieron que “no se pudo acreditar un grado de certeza necesario” de que haya estado ese día. Asimismo, Gabriela Bidera, la única civil implicada en la causa, fue beneficiada con la suspensión de juicio a prueba en las primeras audiencias y obligada a realizar tareas comunitarias en una escuela de Puerto Madryn, durante dos años.
(Publicado el 24/11/2015. Borrado por la actual dirección de Infojus Noticias)

Dejaron en coma al testigo de un juicio que terminó con perpetuas a policías



(2 /9/2015)

Lucas Soria era uno de los amigos más cercanos de Julián Antillanca, un joven asesinado a golpes en 2010 a la salida de un boliche, en Trelew. En julio tres policías fueron condenados a perpetua por el homicidio y otro por encubrimiento. El testimonio de Soria fue trascendental. El sábado lo golpeó un patovica. "Hay un manto de sospecha detrás de la agresión a los testigos del Caso Antillanca", dijeron desde la Comisión contra la Impunidad de Chubut.


Lucas Soria, de 24 años, fue uno de los dos amigos que estuvo con Julián Antillanca la noche en que un grupo de policías chubutenses lo asesinó a golpes. El sábado, el joven fue a bailar al boliche Rexo, en el centro de Trelew. A la salida, el patovica Martín Bustamante lo tumbó de una trompada y le pegó en el piso. El joven golpeó la cabeza con el cordón de la vereda y quedó inconsciente. Hace tres días que está internado con coma inducido.
Dos policías que hacían servicios adicionales observaron con pasividad como Bustamante  golpeaba a Lucas. La escena completa quedó registrada en una de las cámaras de seguridad del local bailable. Esa prueba le permitió a la jueza Ivana González identificar al agresor y dictar la prisión preventiva.
“Hay un manto de sospecha detrás de la agresión a los testigos del caso Antillanca”, explicaron a Infojus Noticias desde la Comisión contra la Impunidad y por la Justicia en Chubut. “Es llamativo que dos jóvenes que declararon sobre lo ocurrido la noche del 5 de septiembre de 2010 (cuando asesinaron a Julián) hayan sido asesinados y un tercero esté en coma”, agregó un miembro de la organización, en referencia al caso de los hermanos Sergio Alejandro y Denis Matías Aballay, de 23 y 25 años, asesinados en marzo de 2014.  Los jóvenes eran conocidos en la provincia por denunciar a los policías que mataron a Julián.
La piña desde atrás
El video de la cámara de seguridad del boliche Rexo muestra la secuencia completa. A la salida del local bailable, Lucas intenta contener a un amigo al que habían echado del lugar. Un grupo de patovicas avanza a las piñas. Lucas, desprevenido, no vio venir la trompada de Bustamante, de 34 años, y cayó de espaldas al piso. Cuando el patovica le pegó la patada, el joven ya estaba inconsciente: había golpeado la cabeza con el cordón de la vereda.
Una ambulancia lo llevó al Sanatorio de Trelew. El parte médico sostuvo que tenía pérdida de conocimiento y coágulos en el cerebro. Por eso le indujeron el coma. “El último parte fue alentador. Los coágulos se están disolviendo y dejaron de inducirle el coma, aunque todavía está en estado crítico y no se sabe si puede quedar con alguna lesión”, informaron desde la Comisión contra la Impunidad y por la Justicia.
El comisario César Brandt, a cargo de la Seccional 1, que interviene en la causa, dijo que Lucas y su amigo fueron expulsados del boliche. En medio de la pelea, explicó, “terminó impactando su cabeza” con el cordón de la vereda.
En 2014, el policía había sido separado durante su cargo por denuncias de “abuso de autoridad” en el desalojo a una comunidad Mapuche en Esquel. Hoy está a cargo de la comisaría en la que el 17 de febrero de este año, Mauro Castaño murió al sufrir quemaduras en más del 70 por ciento del cuerpo. El joven había sido detenido a la salida de un boliche por una supuesta contravención.
Un juicio emblemático
Lucas era uno de los amigos más cercanos de Julián Antillanca. El 5 de septiembre de 2010 los dos jóvenes fueron juntos al boliche. A las seis y media de la mañana se vieron en la puerta del lugar. Lucas y otro amigo se despidieron. Julián se quedó unos minutos y luego decidió alcanzarlos para tomar un taxi con ellos. Nunca más lo volvieron a ver.
A la mañana siguiente, el cuerpo de Julián apareció tirado en la calle. Una testigo contó que vio cuando un grupo de policías golpeaba al joven. Explicó que no pudo dormir recordando cómo “le pegaban en la cabeza, cuerpo y piernas”. Otras dos chicas observaron, escondidas detrás de un árbol, cuando los agentes bajaban el cuerpo de un patrullero y lo descartaban en una calle “solitaria”.
En un primer juicio todos los acusados fueron absueltos. El Supremo Tribunal de Justicia provincial revocó el proceso realizado en primera instancia y ordenó hacer un nuevo juicio. La Corte Suprema de Justicia avaló el fallo.
En el segundo debate, realizado en julio de este año, los  jueces Darío Arguiano, Adrián Barrios y Marcelo Di Biasse condenaron a perpetua a Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba por el delito de “homicidio agravado”. El comisario Carlos Sandoval recibió una pena de tres años por “encubrimiento agravado”. El oficial Pablo Morales fue absuelto.
(Publicado el 2/9/2015. Borrado por la actual dirección de Infojus Noticias.)

Prisión perpetua para tres policías acusados de matar a Julián Antillanca

(17/7/2015)
Martín Solís, Jorge Abraham y Laura Córdoba fueron declarados culpables la semana pasada, pero el Tribunal recién este mediodía, tras un debate entre las partes, estableció la gradación de las penas. Otro policía recibió una condena de tres años, condicional, por el delito de encubrimiento.

                                                                                                     Daniel Feldman

Gustavo Ahumada

El Tribunal integrado por los jueces Darío Arguiano, Adrián Barrios y Marcelo Di Biasse, impusieron penas de prisión perpetua a los  tres de los cuatro policías declarados culpables por el homicidio de Julián Antillanca en 2010, en Trelew, provincia de Chubut. El cuarto policía acusado fue condenado a tres años de prisión condicional por el delito de encubrimiento. Los acusados había sido declarado culpables la semana pasada, pero las graduaciones de las penas se conocieron hoy en la sala del sexto piso del edificio que la Cámara tiene en Trelew.
Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba, fueron condenados por  “homicidio agravado”, en tanto que el comisario Carlos Sandoval fue condenado por “encubrimiento agravado”. La sala de audiencias estuvo colmada otra vez, igual que el día que los policías fueron declarados culpables. La audiencia, estaba prevista para las 11 pero empezó un poco más de una hora más tarde porque estaban imprimiendo el fallo de más de 180 páginas.
Sólo estuve presente en la audiencia Sandoval. El resto de los condenados se quedaron en la cárcel. En el juicio, el oficial Pablo Morales fue absuelto porque para los jueces “no se pudo acreditar un grado de certeza necesario” de que haya estado ese día, y Gabriela Bidera, la única civil implicada en la causa, fue beneficiada con la suspensión de juicio a prueba en las primeras audiencias del juicio y deberá realizar tareas comunitarias en una escuela de Puerto Madryn durante dos años.
El 10 de julio pasado el tribunal se hizo una audiencia de debate de pena. La querella, a cargo de la abogada Verónica Heredia y la fiscalía, en manos de Mirta Moreno, pidieron para los tres policías la prisión perpetua, pena prevista en el artículo 80 inciso 9 del código penal. Mientras que para el caso de Sandoval habían pedido cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo.
La culpabilidad
Para declarar a los policías culpables, los jueces valoraron los testimonios de varios de los testigos, pero sobre todo lo que dijeron Daina Monsalves y Jorgelina Domínguez. Monsalvez fue quien “vio que los funcionarios le estaban pegando a un chico que estaba en el piso” y que reconoció que "ese chico". era Julián.  Mientras que Domínguez vio, escondida detrás de un árbol, como sacaban el cuerpo del patrullero y lo depositaban en la calle. Además durante una reconstrucción que se hizo en el juicio reconoció a Solis.

“La cadena de custodia se halla incólume”, fue la respuesta de los jueces respondió hoy el tribunal a los pedidos de nulidades intentados por los abogados de los culpables para las pericias al patrullero donde se encontraron rastros genéticos de Julián. La muestra hallada “se correspondía con la muestra de una persona de sexo masculino del linaje Antillanca” dijeron los jueces el 6 de julio pasado.
El hecho
Solis, Abraham y Córdoba en la noche de la muerte de Julian trabajaron en la conocida zona de boliches de Trelew. Trabajaron en el boliche “Místico” y a las seis de la mañana, al salir de allí, siguieron con su trabajo de “prevención”. Según la imputación del ministerio público fiscal de la provincia “quizá, luego de haber participado de una discusión con otras personas” los efectivos abordaron a Julián y comenzaron los golpes.
Los policías redujeron en el piso a Julián, uno le pisó la cabeza y el otro las piernas. El resto alejó a la gente que se encontraba en el lugar. Decenas de jóvenes salían de los boliches y miraban pero a los policías no les importó. La golpiza fue brutal, golpes en el rostro, la cabeza, el tórax y las extremidades, mediante trompadas, patadas, y con el uso de elementos contundentes.
Julián murió aquella madrugada. Los efectivos cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron en la calle, con el objetivo era hacer desaparecer todos aquellos vestigios que pudieran involucrarlos en tal situación. La historia oficial atribuía la muerte a un coma etílico. Pero los mismos policías que golpearon a Julián, horas antes, habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay a la salida de otro boliche.
Los hermanos Aballay denunciaron lo ocurrido y los agentes tuvieron una condena leve por apremios ilegales aunque no llegaron a declarar en este nuevo juicio por la muerte de Julián porque fueron fusilados luego a principios de 2014.

(Publicado el 17/7/ 2015. Borrado por la actual dirección de Infojus Noticias)

Antillanca: "La sentencia blanquea una situación de violencia institucional"

(6/7/2015)
Lo dijo César Antillanca a Infojus Noticias. Es el papá de Julián, el pibe de 19 años asesinado por la policía de Trelew en 2010. Hoy tres policías fueron condenados por el "homicidio agravado" del chico. En tres semanas se conocerán las penas establecidas por el tribunal.


                                                                                 Foto gentileza Daniel Feldman

Gustavo Ahumada
Tras conocerse el fallo de la justicia provincial que declaró culpables a cuatro policías en septiembre de 2010 de Julián Antillanca (19) en Trelew, provincia de Chubut, su papá, César Antillanca, habló con Infojus Noticias: sostuvo que la sentencia de los jueces Darío Arguiano, Adrián Barrios y Marcelo Di Biasse “lo que hace es blanquear la situación de violencia institucional que se vive en la provincia”. “Acá está la presencia de Julián en la denuncia y en la lucha de tantas personas y organizaciones, y en la presencia de las lágrimas en la audiencia”, dijo César, que ahora sabe que los asesinos de su hijo estarán en la cárcel. El tribunal les impondrá, el próximo 30 de julio, las penas por el “homicidio agravado” de su hijo.
Mientras César se abrazaba con familiares, con los ojos llorosos, en la sala de audiencias se escuchaba: “Yo sabía, yo sabía, a Antillanca lo mató la policía”. Martín Solís, Jorge Abraham, Laura Córdoba son los policías provinciales fueron condenados por "homicidio agravado". Ya están en prisión a la espera de la pena, que puede ser de hasta 25 años de prisión. El ex comisario Carlos Sandoval, en cambio, fue condenado por el encubrimiento del crimen. Por el momento quedará en libertad, pero condicionado a presentarse y firmar el libro de ejecución penal.


La sentencia “blanquea la situación de una manera espeluznante, la responsabilidad de ese acto criminal, las maniobras que se hicieron para desviar la investigación y el encubrimiento y deja abierta una posibilidad de análisis y un fuerte razonamiento respecto de lo social”, dijo César a Infojus Noticias.
El único absuelto fue el oficial Pablo Morales, porque el tribunal consideró que “no se pudo acreditar un grado de certeza necesario” su participación. Gabriela Bidera -la única civil que estuvo imputada- también tuvo una mejor suerte. Hija de un comisario, estaba acusada de encubrimiento pero fue beneficiada con la suspensión del juicio a prueba a cambio de tareas comunitarias.
“Veníamos con una fuerte expectativa”, dijo el padre de Julián y recordó que “ya se había planteado esta situación” en el anterior juicio pero esta vez la sentencia “lo que hace es blanquear la situación en la provincia”. “Estamos en un estado de calma, hicimos el trabajo lo más fiel que pudimos, y esperábamos el resultado”, explicó.
“Los imputados, como la defensa, no fueron muy diplomáticos. Es esperable porque estaban convencidos de que iban a ser absueltos”, dijo César sobre la actitud de los familiares y los policías condenados después de escuchar su culpabilidad.

(Publicado el 6 de julio de 2015. Borrado por la actual dirección de Infojus Noticias)

Caso Antillanca: condena y prisión preventiva para cuatro policías

(6/7/2015)
La justicia declaró culpables a cuatro de los cinco policías acusados por el homicidio de Julián Antillanca. Es el segundo juicio oral y público por el crimen del joven de 19 años asesinado a manos de policías de Trelew. Ahora el tribunal deberá establecer la graduación de la pena.


La justicia declaró culpables a cuatro de los cinco policías acusados por el homicidio de Julián Antillanca  y dictó la prisión preventiva de tres de los cuatro policías. Se trata del segundo juicio oral y público por el crimen del joven de 19 años asesinado a manos de policías de Trelew. Martín Solis, Jorge Abraham, Laura Córdoba fueron declarados culpables por “homicidio agravado”, en tanto que el comisario Carlos Sandoval fue condenado por “encubrimiento agravado”. El oficial Pablo Morales fue absuelto. Ahora el tribunal deberá establecer la graduación de la pena para los culpables.  El juicio estuvo a cargo de los  jueces Darío Arguiano, Adrián Barrios y Marcelo Di Biasse dictaron la prisión preventiva de Solis, Abraham y Córdoba y de firma del libro de ejecución penal a Sandoval. El 30 de julio se realizará el debate para fijar las penas de los acusados.
"La sentencia es bastante ajustada a todo lo que pedíamos”, dijo a Infojus Noticias la abogada de la familia de Julián, Verónica Heredia, ni bien se conoció la decisión del tribunal aunque destacó la sorpresa por “la absolución de Morales”. Ni bien se escuchó ese tramo del veredicto se produjo un revuelo en el sexto piso del edificio que la Cámara tiene en Trelew. “Fue bastante conmocionante para todos, se armó un revuelo en sala de audiencias”, explicó Heredia y aclaró que “el código prevé cinco días para el procedimiento de prueba” para poder argumentar sobre la graduación de las penas para los culpables.

Tanto Heredia, como la fiscal de la causa Mirta Moreno, se encuentran analizando y evaluando lo decidido por los jueces. “Hable con Sandra y Ayelen –madre y hermana de Julián- que estaban muy emocionadas sintiendo que se hizo justicia”, dijo la abogada a este medio. Gabriela Bidera, la única civil implicada en la causa, fue beneficiada con la suspensión de juicio a prueba y deberá realizar tareas comunitarias en una escuela de Puerto Madryn por dos años.
La lectura
“Yo sabía que a Antillanca lo mató la policía”, fue el gritó que se escuchó en la sala apenas el tribunal terminó de leer el veredicto que duró unos 25 minutos. Los jueces valoraron los testimonios de varios de los testigos, sobre todo, los de Daina Monsalves y el de Jorgelina Domínguez. La primera “vio que los funcionarios le estaban pegando a un chico que estaba en el piso” y que reconoció a Julián como a quien agredían los policías. Domínguez vio como sacaban el cuerpo del patrullero y lo depositaban en la calle y reconoció a Solis en una reconstrucción.
La defensa de los policías intentó con nulidades a las muestras que dieron que el ADN del joven se encontraba en uno de los patrulleros peritados. “La cadena de custodia se halla incólume”, respondió hoy el tribunal durante la lectura y rescató que la muestra hallada “se correspondía con la muestra de una persona de sexo masculino del linaje Antillanca”.
Sobre la absolución del oficial Pablo Morales los jueces explicaron que “no se pudo acreditar un grado de certeza necesario” que Morales haya estado ese día y sostuvieron que “no se pudo acreditar quien ha sido el tercer policía varón que participó de la golpiza”. La culpabilidad de los policías no cayó bien ni a los uniformados, que la semana pasada se habían declarado inocentes, ni a sus familiares. Después de escuchar, cuatro de ellos, su culpabilidad comenzaron los gritos y los insultos. El ambiente se puso denso y entre las propias partes tuvieron que separar, el tribunal desalojó la sala “son inocentes”, repetía uno de los familiares de los policías, “no tienen pruebas hermano”, decía otro.
Era el segundo juicio por el caso
“Entendemos que el hecho no ocurrió en una noche de desborde policial. Todo comenzó con la brutalidad contra los Aballay y termina con el asesinato de Julián. Nosotros con el fallo de la Corte Interamericana, entendemos que hay un contexto de violencia institucional contra los jóvenes de bajos recursos de la provincia del Chubut, avalada por una gran desigualdad social”,  había argumentado Verónica Heredia, querellante, en los alegatos.  
En el primer juicio todos los acusados habían sido absuletos. El tribunal confirmó lo que había resuelto el Supremo Tribunal de Justicia provincial –y que avaló la Corte Suprema de Justicia- que revocó el proceso realizado en primera instancia y ordenó hacer un nuevo juicio.  
En el nuevo juicio, la querella y fiscalía pidieron penas por homicidio calificado agravado por tratarse de funcionarios públicos, mientras que la defensa solicitó la absolución. Luego del veredicto condenatorio, se realizará lo que se conoce como debate de pena, donde las partes argumentan sobre la pena para cada uno de los acusados. En este paso  “las partes pueden tomarse un plazo de dos o tres días”, explicaron desde la fiscalía. Incluso podrán citar testigos.
El juicio contó con más de una decena de audiencias. "Son cinco años de constante denuncia y creo que hemos llegado a una instancia social muy marcada. Exigimos entre todos la decisión de este tribunal. Esperamos que tengan un buen criterio para valorar las pruebas y conseguir un fallo justo”. Así habló el padre de la víctima, César Antillanca, después de una maratónica audiencia de alegatos. “A pesar de que mí hijo fue asesinado cobardemente, yo no vengo a buscar venganza, vengo a buscar justicia. No solo por mi hija Ayelén, sino por mi hijo Diego, que a partir del asesinato de Julián se le llenó el corazón de dolor y de tristeza. Diego tenía solo cuatro años y estuvo casi tres años sin reírse. Diego era un niño triste. Yo vengo acá con el amor que les tengo a mis hijos, porque pienso que el único amor verdadero que queda en este mundo es el amor de los padres con los hijos. Nada lo puede romper, nadie se puede meter, ni siquiera la distancia y ni siquiera una muerte. Ellos hablan de condena social, nosotros tenemos una condena para toda la vida", dijo Sandra Tolosa, la madre.
Las pruebas
Entre las pruebas más importantes estuvo el testimonio de Herminio González, perito del Cuerpo Médico Forense (CMF) de Chubut. En el juicio confirmó que la muerte de Julián Antillanca fue a causa de golpes que le dieron y descartó que haya sido por un supuesto coma alcohólico o un problema cardíaco, como se especuló en un primer momento. En otras audiencias, además, dos testigos dieron detalles al tribunal sobre el accionar de los policías. Además, los peritos ratificaron haber encontrado rastros genéticos del “linaje Antillanca” en el patrullero denunciado como desde donde se tiró el cuerpo del joven. “Fueron muy contundentes las declaraciones de las testigos, ha quedado claro que es el personal policial el que es el responsable de la muerte de Julián”, había dicho a Infojus Noticias la abogada de la familia de Julián, Verónica Heredia.
Aquella jornada, Jorgelina Domínguez y Daiana Monsalves se sentaron ante los jueces Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Nieto De Biase, y detallaron lo que vieron. Una dijo cómo lo golpearon a Julián, y la otra, cómo descartaban el cuerpo en una calle “solitaria”. Daiana lo conoció a Julián esa noche, se lo presentó su hermana. En el boliche “Ku” Julián le regaló un trago pero después el joven salió solo. Cuando Daiana salió caminó por la zona de boliches hacia la rotonda “5 de Octubre”, vio como tres policía lo golpeaban mientras una policía mujer obstaculizaba el paso. Daiana reconoció que era Julián porque llevaba "algo oscuro arriba y algo claro abajo". La joven declaró que no pudo dormir recordando cómo “le pegaban en la cabeza, cuerpo y piernas ”. “Son cosas que marcan”, le dijo como respuesta a las preguntas de la defensa de los policías que en todo momento quisieron confundirla.
Después de la brutal golpiza en el rostro, la cabeza, el tórax y las extremidades, mediante trompadas, patadas, y con el uso de elementos contundentes, los efectivos cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron a la calle. En ese momento Jorgelina Domínguez y su amiga (Gabriela Bidera – hija de un comisario que fue beneficiada con la probation en este juicio, donde estaba acusada de encubrir a los policías-) caminaban por esa calle. Cuando vieron un patrullero que dobló en contramano se escondieron detrás de un árbol. Jorgelina vio todo. Un policía bajó del móvil, miró para todos lados para cerciorarse de que no había nadie, después llamó a quien conducía y entre los dos bajaron un cuerpo que dejaron depositado en el asfalto. Jorgelina y su amiga corrieron asustadas. Aquel cuerpo era el de Julián.
Un documental sobre el caso
El documental "Un paisaje del espanto", dirigido por Daniel Riera y Mauro Gómez, hace foco en Julián Antillanca, asesinado en septiembre de 2010.  Pero también repasa otra docena de asesinatos, violaciones y golpizas perpetrados por la policía del Chubut desde esa fecha hasta el presente. La impresionante lista que releva el documental la integran Iván Torres (2003), Maximiliano Almonacid (2012), Bruno Rodríguez Monsalves (2012), César Monsalves (2013), Andrés Gastón Vargas (2013), Rodolfo y Nazareno Arriagada, Cristian y Leandro Tripaiñan y Sergio y Denis Aballay (2014).
A esa nómina, Riera le agrega que "durante el montaje del filme nos enteramos que apareció prendido fuego en un calabozo el pibe Mauro Castaño". "No creo que Chubut sea el único lugar en el que suceden estas cosas, pero supongo que la impunidad de un caso posibilita el siguiente", dijo el periodista en una entrevista con Télam.
Al analizar el panorama, el autor de los libros "Buenos Aires bizarro" y "Nuestro Vietnam", desliza que "obviamente hay patrones: se trata de chicos pobres y jóvenes, víctimas de una violencia absolutamente exacerbada ya que no son asesinados por gatillo fácil sino que son estrangulados o quemados en una cosa tortuosa, una especie de violencia xl".
 JMM
Link al documental.
(Publicado el 6/7/2015. Borrado por la actual dirección de Infojus Noticias. )

Caso Antillanca: todos los policías acusados se declararon inocentes

(26/6/2015)
Están imputados por el asesinato a golpes de Julián Antillanca, un adolescente que apareció muerto en la ciudad chubutense de Trelew en 2010. "Usted sabe que nosotros no fuimos", le dijo uno de ellos al padre de la víctima. En el juicio terminó la etapa de prueba y el próximo viernes comenzarán los alegatos.


Uno de los cinco imputados se dirigió directamente al padre de Julián Antillanca  (19) en medio de la audiencia de ayer. “Usted sabe que nosotros no fuimos”, atinó a decirle el oficial de la policía provincial Pablo Morales. Esto marcó el final de la etapa de prueba en el juicio y ahora comienza la etapa de definiciones: el próximo viernes comenzarán los alegatos. Morales, junto con otros policías, están imputados por el asesinato a golpes del joven en 2010 en la ciudad de Trelew.
Promediaba la media tarde en el sexto piso del edificio que tiene la Cámara del Crimen en la ciudad de Trelew. Los jueces Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Di Biasse habían escuchado durante la semana a una veintena de testigos aportados por las defensas de los imputados. Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que viajó especialmente, observaba todo desde el público.
El tribunal le dio la posibilidad de hablar a los imputados, algunos lo hicieron, otros no. El oficial Pablo Morales habló. Acusado de ser uno de los oficiales que aquella madrugada golpearon al joven en la rotonda “5 de octubre” de la denominada zona de boliches, Morales se deslindó de responsabilidad por los hechos pero en medio de la audiencia le habló directamente a César, padre del joven fallecido: “Usted sabe que nosotros no fuimos”, dijo y agregó, “la sociedad nos condenó”.
“Tengo que soportar que mi hijo vea un documental donde nos nombran con nombre y apellido como asesinos”, se lamentó ante la mirada de los jueces, el público y del propio César. Después fue más allá y le ofreció “ayudarlo a buscar la verdad”. Las palabras parecieron muy silenciosas.
El resto de los que también hablaron, fueron los policías Martin Solis, Jorge Abraham y el ex comisario Carlos Sandoval. Todos también se declararon inocentes y se limitaron a contar lo que habrían hecho esa noche. Los oficiales Solis y Abraham, junto con Laura Córdoba –que prefirió no hablar- están acusados por homicidio agravado. Sandoval, junto con Analía Di Gregorio, Mario Bascuñán y Valeria Zabala, está acusados de “encubrimiento agravado” y el oficial Diego Rey por “privación ilegal de la libertad”. 
El juicio ya cuenta con más de una decena de audiencias. Esta semana empezó el martes y continuo hasta ayer, cuando terminaron de testificar los testigos de la defensa. El tribunal fijó para el próximo viernes 3 de julio el inicio de los alegatos de las partes, paso previo al veredicto. Ese día, antes de los alegatos, hablaran los padres Julián: Cesar Antillanca y Sandra Tolosa.
Los testigos de la defensa de los policías
Declaró una veintena de testigos convocados por la defensa de los imputados, a cargo de los abogados Fabián Gabalachis y Gustavo Castro. En su mayoría, se trata de policías provinciales integrantes del comando radioeléctrico que actuó aquella madrugada del 5 de septiembre.
Los testigos fueron difusos en sus respuestas con respecto al caso puntual de la golpiza de Julián y en todo momento intentaron demostrar las tareas que realizaron esa madrugada, aunque sólo detallaron que el patrullero estuvo de “ronda” y quiénes eran los que estaban en cada uno de ellos.
En las inmediaciones de la zona de boliches de Trelew, cerca de la rotonda “5 de octubre”,  lugar donde golpearon a Julián, se encuentra el Shopping Portal Trelew. Las cámaras de seguridad de ese local sólo pudieron tomar la agresión y apremios de policías a los hermanos Aballay –que luego serían fusilados-.
Esto se vio ratificado en el testimonio del jefe de seguridad de ese centro comercial –testigo aportado por la defensa- puesto que no pudo dar más detalles al tribunal sobre el caso de Antillanca, un testimonio que terminó no aportando al juicio.
“Se exhibió lo relacionado con las ruedas de reconocimiento efectuadas en noviembre de 2010, cuando una de las testigos reconoció al policía Solís como quien fue el que bajó del patrullero en las calles Rivadavia y Patagonia, para luego llamar a quien conducía el móvil y entre los dos depositar el cuerpo de Julián Antillanca en el pavimento”, explicaron desde la fiscalía.
(Publicado el 26 de junio de 2015. Borrado por la actual dirección de Infojus Noticias)

Caso Antillanca: peritos y testigos comprometen a los policías

(21/6/2015)
En una nueva semana de audiencias, hubo testimonios clave para entender el accionar de los policías en el asesinato de Julián Antillanca. Se encontró sangre en un patrullero y dos testigos vieron cómo lo golpearon y luego arrojaron el cuerpo a la calle.



Gustavo Ahumada

En una nueva semana del juicio por el asesinato a golpes del joven Julián Antillanca en 2010, dos testigos dieron detalles al tribunal sobre el accionar de los policías. Además, los peritos ratificaron haber encontrado rastros genéticos del “linaje Antillanca” en el patrullero denunciado como desde donde se tiró el cuerpo del joven. “Fueron muy contundentes las declaraciones de las testigos, ha quedado claro que es el personal policial el que es el responsable de la muerte de Julián”, dijo a Infojus Noticias la abogada de la familia de Julián, Verónica Heredia, sintetizando lo que pasó en los últimas días de audiencia en el sexto piso del edificio de la Cámara del Crimen de Trelew.
Jorgelina Domínguez y Daiana Monsalves se sentaron ante los jueces Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Nieto De Biase, y detallaron lo que vieron. Una dijo cómo lo golpearon a Julián, y la otra, cómo descartaban el cuerpo en una calle “solitaria”. Daiana lo conoció a Julián esa noche, se lo presentó su hermana. En el boliche “Ku” Julián le regaló un trago pero después el joven salió solo. Cuando Daiana salió caminó por la zona de boliches hacia la rotonda “5 de Octubre”, vio como tres policía lo golpeaban mientras una policía mujer obstaculizaba el paso. Daiana reconoció que era Julián porque llevaba "algo oscuro arriba y algo claro abajo". La joven declaró que no pudo dormir recordando cómo “le pegaban en la cabeza, cuerpo y piernas ”. “Son cosas que marcan”, le dijo como respuesta a las preguntas de la defensa de los policías que en todo momento quisieron confundirla.
Después de la brutal golpiza en el rostro, la cabeza, el tórax y las extremidades, mediante trompadas, patadas, y con el uso de elementos contundentes, los efectivos cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron a la calle. En ese momento Jorgelina Domínguez y su amiga (Gabriela Bidera – hija de un comisario que fue beneficiada con la probation en este juicio, donde estaba acusada de encubrir a los policías-) caminaban por esa calle. Cuando vieron un patrullero que dobló en contramano se escondieron detrás de un árbol. Jorgelina vio todo. Un policía bajó del móvil, miró para todos lados para cerciorarse de que no había nadie, después llamó a quien conducía y entre los dos bajaron un cuerpo que dejaron depositado en el asfalto. Jorgelina y su amiga corrieron asustadas. Aquel cuerpo era el de Julián.
Tanto Jorgelina como Daina realizaron una reconstrucción a pie y caminaron cerca de los jueces, fiscales, abogados y acusados. Jorgelina fue contundente y hasta reconoció a uno de los policías.  “Es él”, dijo señalando a uno de los acusados, Martín Solis.
Huellas en el patrullero
Otra de las declaraciones importantes fue la que realizó Daniel Corach, director del Servicio de Huellas Digitales Genéticas (SHGD) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Mediante video conferencia, el perito confirmó que en el análisis enviado al laboratorio se encuentran restos del “linaje antillanca”. Son muestras extraídas de la parte trasera del asiento del patrullero donde estuvo Julián. “Esto afirma que la sangre encontrada es de Julián”, dijo Heredia a este medio sobre la declaración de Corach.
También declaró el comisario Claudio Fernández que estuvo en el lugar donde encontraron el cuerpo y dijo que el joven había sido golpeado en otro sitio. Entre los signos que detalló se encontraron las huellas de arrastre del cuerpo y el polvo en la campera, que podría ser producto de la marca de algún calzado.
¿Cómo sigue?
El juicio continuará el martes próximo con la declaración de los testigos de las defensas. En las últimas audiencias, la abogada Herediia alertó sobre el accional de uno de los jueces que integran el tribunal, Marcelo Nieto De Biase. “Las preguntas que hace son para reforzar una teoría de la defensa”, dijo Heredia, que recordó que el juez fue recusado  porque formó parte de la oficina judicial con conocimiento previo del expediente.  

(Publicado el 21/6/2015. Borrado por la actual dirección de Infojus Noticias.)

Caso Antillanca: chicanas de la defensa de los policías

(16/6/2015)

Una testigo contó que la noche que murió el joven le estaban pegando a alguien: "Mi hermana me dice que el pibe era Julián Antillanca", declaró. El abogado de los policías acusados, Fabián Gabalachis, pidió contraponer a la testigo la declaración que había dado en sede policial días después de los hechos.



La novena jornada del juicio que se lleva adelante en Chubut por la muerte del adolescente Julián Antillanca (19) tuvo hoy un nuevo episodio. Declararon ante los jueces de la Cámara del Crimen de Trelew -Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Nieto De Biase- cinco amigos del chico asesinado. En líneas generales, todos coincidieron en cómo fueron los últimos momentos del joven previo a la golpiza en la zona de boliches de Trelew.
Los jóvenes describieron que esa noche fueron a un boliche con Julián, del cual fueron sacados, y después el chico se marchó. Cuando se fue, Julián estaba acompañado por Daiana Mosalves, que la acompaño durante dos cuadras y después se volvió a buscar a otro joven. Esto fue lo que detallaron ante los jueces. 
Una de las testigos que contó esto fue Brenda Monsalves, hermana de Daiana, que relató lo que su propia hermana le había dicho de esa noche. Luego de volverse, Daiana vio que le estaban pegando a alguien: “Mi hermana me dice que el pibe era Julián Antillanca”, dijo hoy ante los jueces.
En ese momento comenzó lo que podría denominarse la “chicana” de la defensa de los policías imputados, a cargo del abogado Fabián Gabalachis, que tuvo como objetivo generar una “polémica jurídica” y lo logró. Al igual que como ya había hecho con otros de los testigos, el abogado pidió contraponer a la testigo la declaración en sede policial días después de los hechos.
La fiscalía y la querella se opusieron. Es que se trata de declaraciones que los jóvenes dieron a la policía y que ni siquiera forman parte del primer juicio en el caso que fue declarado nulo por el Superior Tribunal de Justicia y confirmado por la Corte Suprema. El presidente del tribunal, Barrios, en consonancia con el pedido, sostuvo que lo que fue declarado nulo fue la sentencia y no el juicio. Ese argumento contó con el apoyo de uno de sus colegas, Arguiano, y esa mayoría le permitió a la defensa de los acusados contrastar a la testigo.
Se trajo a la sala de audiencias el audio de Monsalves y su declaración en el juicio anterior y fue la misma testigo la que propició escuchar el audio hasta el final para que escuchen lo que ya había dicho y que se repitió. Que su hermana había visto a Julian Antillanca como el joven que era golpeado. La chicana duró poco.
No es la primera vez que Gabalachis realiza una acción de este estilo: el primer día del juicio pidió la absolución de todos los acusados –algo que finalmente fue rechazado por los jueces- y postergó un día el inició de este juicio.
Una audiencia trunca por la tecnología
La audiencia de ayer sólo contó con dos declaraciones y fue suspendida porque hubo desperfectos técnicos en la computadora que toma el audio de los testimonios. Se intentó llevar el juicio a otra sala, pero como era muy chica y la cantidad de gente que concurre a las audiencias es mucha, debió suspenderse. 
Los dos únicos testimonios de la jornada fueron de suboficial mayor comisario de la seccional segunda de Comodoro Rivadavia, Juan Carlos Ñancufil, y el de José Luis Santillán. Ambos pertenecían a la regional Trelew de la policía cuando sucedieron los hechos y ahora están en Comodoro Rivadavia y el Maitén, respectivamente.
“Una vez más hemos escuchado dieciséis policías que de casualidad recuerdan su nombre y apellido, pero después nada más. Vamos a ver cómo valoran el recuerdo o no de los policías”, dijo la abogada Verónica Heredia.

Confirman que Julián Antillanca murió por los golpes que le dieron

(12/6/2015)
Lo afirmó Herminio González, perito del Cuerpo Médico Forense de Chubut , quien estuvo a cargo de la autopsia al cuerpo del joven de 19 años. Hay ocho policías acusados por la muerte de Julián en el segundo juicio que se realiza para esclarecer su muerte.

Gustavo Ahumada
Herminio González, perito del Cuerpo Médico Forense (CMF) de Chubut confirmó que la muerte de Julián Antillanca, fue a causa de  golpes que le dieron y descartó que haya sido por un supuesto coma alcohólico o un problema cardíaco, como se especuló en un primer momento. En el segundo juicio que se lleva adelante para esclarecer su muerte, que se realiza en la Cámara del Crimen de Trelew, esta semana también declararon varios agentes provinciales, compañeros de los ocho acusados. La mayoría de ellos, “no recordó” los hechos.
El joven, de 19 años, murió hace cinco años a manos de policías de Trelew, en Chubut. El tribunal integrado por los jueces Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Di Biasse, confirmó lo que había resuelto el Supremo Tribunal de Justicia provincial –y que avaló la Corte Suprema de Justicia- que revocó el proceso realizado en primera instancia y ordenó hacer un nuevo juicio.
El perito se explayó sobre su trabajo por más de dos horas. Fue quien estuvo a cargo de la autopsia al cuerpo del joven días después de que apareciera muerto. Dijo que las lesiones fueron producto de los golpes reiterados propinados en el rostro y la cabeza con elementos contundentes y  que le provocaron una concusión cerebral, que es la forma más grave de traumatismo cerrado, lo que llevó a la muerte del joven.
González echó por tierra los primeros argumentos que habían aparecido al inicio de la causa. El primero, señalaba que Julián había estado en como alcohólico; el otro que había muerto producto de un problema cardíaco del joven. El perito descartó en la audiencia de hoy esto puesto que aunque Julián tenía una anomalía, una especie de soplo, esto eso no incidió en su muerte.
Policías con mala memoria
Siete policías se sentaron frente a los jueces que realizan el nuevo juicio por el asesinato de Julián. Ninguno recordó nada de lo que pasó aquella noche. Ni quien lo golpeo, ni quien lo levantó y mucho menos donde lo tiraron. Sólo se acordaron someramente de que función cumplía cada uno y que hicieron cuando llamaron.
Pero ante  preguntas concretas apelaron al “no recuerdo”. Según explicaron fuentes de la fiscalía, durante la audiencia, la fiscal Mirta Moreno se empeñó en verificar los informes y actas que estos firmaron y que ya figuran en el expediente.
Por ejemplo una empleada policial relató a los jueces como se trabajaba en el comando radioeléctrico, y se limitó a confirmar las actas que consignan el momento en que se recibió el llamado de teléfono el día que se encontró el cuerpo de Julián.
En el juicio, que seguirá el próximo lunes, están imputados por homicidio agravado, Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba, el oficial Pablo Morales. Carlos Sandoval, Analía Di Gregorio, Mario Bascuñán y Valeria Zabala, está acusados de “encubrimiento agravado”. Además, el oficial Diego Rey está acusado por “privación ilegal de la libertad”.   
Gabriela Bidera, la única civil implicada en la causa por el crimen de Julián Antillanca, fue beneficiada esta semana con la suspensión de juicio a prueba y deberá realizar tareas comunitarias en una escuela de Puerto Madryn por dos años.



(Publicado el 12/6/2015. Borrado por la nueva dirección de Infojus Noticias.)

    Comenzó juicio por la muerte de Julián Antillanca

    (4/6/2015)
    Es el segundo proceso por ese crimen. El Supremo Tribunal de Justicia de Chubut y la Corte Suprema de Justicia revocaron el primero y ordenaron hacer uno nuevo. Hay diez policías acusados del asesinato.


                                                                                                      Foto Daniel Feldman

    Infojus Noticias
    Con la declaración de testigos y el rechazo en forma unánime al pedido de la defensa de que se confirmen las absoluciones de los acusados comenzó un nuevo juicio por el asesinato de Julián Antillanca. El joven, de 19 años, murió hace cinco años a manos de policías de Trelew, en Chubut. La decisión del tribunal no hizo más que confirmar lo que había resuelto el Supremo Tribunal de Justicia provincial –y que avaló la Corte Suprema de Justicia- que revocó el proceso realizado en primera instancia y ordenó hacer un nuevo juicio.
    Los jueces Adrián Barrios, Daría Arguiano y Marcelo Nieto De Biase se tomaron tres días para resolver el pedido del defensor de los imputados Fernando Gabalachis, que se basaba en lo que técnicamente se conoce como “ne bis in idem” (no se puede juzgar dos veces) a una persona por el mismo hecho. Pero su pedido fue rechazado en línea con lo resuelto el Superior Tribunal de Justicia de Chubut.
    Según fuentes consultadas por este medio, los magistrados estuvieron unos 40 minutos leyendo los votos de los integrantes del tribunal con sus argumentos para rechazar el pedido de la defensa de los diez imputados. También la fiscal del caso, Mirta Moreno, pidió que declare como testigo al precandidato a intendente de Trelew, Adrián Maderna.
    Después comenzaron a declarar los testigos. Cesar Antillanca, padre de Julián, fue el primero en sentarse ante los jueces, luego fue el turno de la madre, Sandra Tolosa. La tercera, y ultima de la jornada, fue una vecina del lugar donde  encontraron el cuerpo de Julián.
    Cesar le contó a los jueces cómo tuvo que “ponerse a trabajar para buscar a los testigos” de lo que le pasó a su hijo Julián, contó a Infojus Noticias después de haber declarado ante los jueces. Es que el trabajo era mayor porque “la fiscalía toma datos de la propia policía para investigar en un primer momento”.
    Recordó cómo fue la policía provincial la primera en llamar a la fiscal de turno aquella noche/madrugada en que se encontró el cuerpo de Julián y cuando comenzó a minarse una supuesta idea de coma alcohólico. “Tomaron los datos de los testigos que conseguimos”, contó Cesar en lo que fue el inicio de las audiencias.
    Los policías imputados por el asesinato de Julián son, Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba, el oficial Pablo Morales, contra quienes pesa la acusación por delito de homicidio agravado. Otros cuatro que serán juzgados por el delito de encubrimiento agravado son Carlos Sandoval, Analía Di Gregorio, Mario Bascuñán y Valeria Zabala y la civil Gabriela Bidera, mientras que contra el oficial Diego Rey pesa el cargo de privación ilegal de la libertad.


    En 2010 en la zona de boliches de Trelew, Julián fue interceptado por policías a metros de una rotonda, donde fue brutalmente golpeado. Los policías redujeron en el piso a Julián, uno le pisó la cabeza y el otro las piernas, y comenzaron a golpearlo. Despues, cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron en la calle, con el objetivo de hacer desaparecer todos aquellos vestigios que pudieran involucrarlos en tal situación.
    La historia oficial atribuía la muerte de Julián a un coma etílico pero esos mismos policías, horas antes de golpear al joven, habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay a la salida de un boliche. Ambos denunciaron lo ocurrido y los agentes tuvieron una condena leve por apremios ilegales. Los Aballay, que iban a ser testigos de este nuevo juicio, fueron fusilados a principios de 2014.

    (Publicado el 4/6/2015. Borrado por la nueva dirección de Infojus Noticias.)

    Caso Antillanca: la defensa de los acusados demora el inicio del juicio

    (1/6/2015)

    El abogado de los policías pidió que se confirmen las absoluciones de sus clientes en un juicio en primera instancia que fue revocado por el Superior Tribunal Provincial. Esa decisión, que incluyó la instrucción de que se realice nuevamente el proceso oral, fue confirmada por la Corte Suprema de la Nación. A Julián Antillanca, de 19 años, lo mató la policía de Trelew en septiembre de 2010.




    Gustavo Ahumada
    Estaba todo dispuesto para el inicio de la primera jornada por el segundo juicio por el asesinato de Julián Antillanca pero una presentación de la defensa de los diez policías acusados, a cargo de Fabián Gabalachis, motivó que el tribunal deba pasar a un cuarto intermedio hasta el jueves. La defensa de los acusados sostuvo que “no se puede juzgar dos veces” a una persona por el mismo hecho y pidió a los jueces que confirmen las absoluciones de los acusados.
    En el sexto piso del palacio de Tribunales de Trelew, en la provincia de Chubut, la sala de audiencias de la Cámara del Crimen, estaba preparada para iniciar el juicio contra los 10 acusados por el asesinato de Julián pero el pedido del abogado postergó el inició. “Lamentablemente esto no sorprende a nadie”, dijo a Infojus Noticias Cesar Antillanca, padre de Julián, sobre la presentación hecha y al ser consultado sobre si se trata de una estrategia dilatoria de la defensa contestó que “sí”.
    En concreto, los acusados pidieron que se confirmen sus absoluciones, que fueron logradas un primer juicio. Se trata de una caso que fue revocado por el Superior Tribunal Provincial (algo que después confirmó la Corte Suprema), que ordenó hacer este nuevo juicio. Por eso, al pedido del abogado de los acusados se opusieron la fiscal Mirta Moreno y la abogada de la querella, Verónica Heredia.
    Los jueces Adrián Barrios, Daría Arguiano y Marcelo Nieto De Biase se tomaran los tres días que marca el Código Procesal y resolverán el pedido de Gabalachis. Según fuentes consultadas por este medio, el pedido de la defensa se dio en el marco de lo que se conoce como “cuestiones previas” al juicio y “no se descarta” que haya nuevas presentaciones.
    Entre los policías imputados están, Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba, el oficial Pablo Morales, y contra ellos pesa el delito de homicidio agravado. Otros cuatro que serán juzgados por el delito de encubrimiento agravado son Carlos Sandoval, Analía Di Gregorio, Mario Bascuñán y Valeria Zabala y la civil Gabriela Bidera, mientras que contra el oficial Diego Rey pesa el cargo de privación ilegal de la libertad.

    El hecho
    Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba son policías provinciales, todos ellos de la comisaria cuarta de Trelew. Esa noche trabajaron a unos 250 metros de esa rotonda en el boliche “Místico” y a eso de las seis salieron de allí y siguieron con su trabajo de “prevención”. Se les unió otra oficial, Paula Morales. Según la imputación del ministerio público fiscal de la provincia “quizá, luego de haber participado de una discusión con otras personas” los efectivos abordaron a Julián. Allí comenzaron los golpes.
    Según los testigos, los policías redujeron en el piso a Julián, uno le pisó la cabeza y el otro las piernas. El resto alejó a la gente que se encontraba en el lugar. Decenas de jóvenes salían de los boliches. A los policías no les importó.
    Le propinaron una brutal golpiza en el rostro, la cabeza, el tórax y las extremidades, mediante trompadas, patadas, y con el uso de elementos contundentes. Julián murió aquella madrugada. Los efectivos cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron en la calle, con el objetivo era hacer desaparecer todos aquellos vestigios que pudieran involucrarlos en tal situación.
    La historia oficial atribuía la muerte a un coma etílico. Los mismos policías que golpearon a Julián, horas antes, habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay a la salida de un boliche. Ambos denunciaron lo ocurrido y los agentes tuvieron una condena leve por apremios ilegales aunque en el juicio fueron absueltos por el crimen de Julián. Los Aballay, que iban a ser testigos de este nuevo juicio fueron fusilados luego, a principios de 2014.
    El propio Superior Tribunal de Justicia de Chubut al revocar el primer juicio sostuvo que una testigo vio cuando a Julián lo arrojaron del patrullero hacia el asfalto. Además en el expediente se encontraron rastros genéticos de Julián en el del Comando Radioeléctrico.

    (Publicado el 1/6/2015. Borrado por la nueva dirección de Infojus Noticias.)

    Caso Julián Antillanca: empieza el segundo juicio

    (1/6/2015)A Julián Antillanca, de 19 años, lo mató la policía de Trelew en septiembre de 2010. "Justicia, no hay otra cosa que pretendamos", dijo César, el padre de Julián, quien dijo que el nuevo juicio fue el producto de una presión social contra la impunidad.




    Gustavo Ahumada

    A partir de las nueve de la mañana, en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen de Trelew, comenzará el segundo juicio oral por el asesinato de Julián Antillanca ocurrido en 2010. Diez personas son acusadas por el hecho. En el banquillo de acusabdos estarán c uatro policías, acusados por homicidio; otros cuatro, por encubrimiento; y una joven por intentar desviar la investigación.
    El 5 de septiembre de 2010 Julián Antillanca, de 19 años, había salido a bailar junto con varios amigos en lo que se conoce como la “zona de boliches” de Trelew, en la provincia de Chubut. Fue al boliche “Ku” de aquella ciudad y a la salida, a eso de las seis de la mañana, se despidió de sus amigos y comenzó a caminar por la ruta provincial N° 25 hasta la rotonda “5 de Octubre”.
    El hecho
    Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba son policías provinciales, todos ellos de la comisaria cuarta de Trelew. Esa noche trabajaron a unos 250 metros de esa rotonda en el boliche “Místico” y a eso de las seis salieron de allí y siguieron con su trabajo de “prevención”. Se les unió otro oficial, Pablo Morales. Según la imputación del ministerio público fiscal de la provincia “quizá, luego de haber participado de una discusión con otras personas” los efectivos abordaron a Julián. Allí comenzaron los golpes.
    Según los testigos, los policías redujeron en el piso a Julián, uno le pisó la cabeza y el otro las piernas. El resto alejó a la gente que se encontraba en el lugar. Decenas de jóvenes salían de los boliches. A los policías no les importó.
    Le propinaron una brutal golpiza en el rostro, la cabeza, el tórax y las extremidades, mediante trompadas, patadas, y con el uso de elementos contundentes. Julián murió aquella madrugada. Los efectivos cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron en la calle, con el objetivo era hacer desaparecer todos aquellos vestigios que pudieran involucrarlos en tal situación.
    Los acusados
    "Julián era un chico muy sencillo, educado y tranquilo pero con terrible mala suerte”, dice a Infojus Noticias Cesar Antillanca, padre de Julián, que espera el comienzo de este nuevo juicio. “Justicia, no hay otra cosa que pretendamos”, dice y sostiene que “hay una presión social que ha llevado a esta situación”, la de un nuevo juicio.
    La historia oficial atribuía la muerte a un coma etílico. Los mismos policías que golpearon a Julián, horas antes, habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay a la salida de un boliche. Ambos denunciaron lo ocurrido y los agentes tuvieron una condena leve por apremios ilegales aunque en el juicio fueron absueltos por el crimen de Julián. Los Aballay, que iban a ser testigos de este nuevo juicio fueron fusilados luego, a principios de 2014. Este lunes comienza el nuevo juicio por la muerte de Julián.
    El nuevo tribunal estará integrado por los jueces Adrián Barrios, Daría Arguiano y Marcelo Nieto De Biase. Entre los policías imputados están, además de Solis, Abraham y Córdoba, la oficial Paula Morales, y contra ellos pesa el delito de homicidio agravado. Otros cuatro serán juzgados por el delito de encubrimiento agravado. Se trata de Carlos Sandoval, Analía Di Gregorio, Mario Bascuñán y Valeria Zabala y la civil Gabriela Bidera, mientras que contra el oficial Diego Rey pesa el cargo de privación ilegal de la libertad.
    Las partes estarán representadas por la fiscal general Mirta Moreno, la querella estará a cargo de Verónica Heredia, mientras que como defensor de los acusados actuará el abogado particular Fabián Gabalachis. “Decirle personas a éstos”, dice Cesar en referencia a los policías que golpearon a su hijo. "Podría haber sido cualquier otro joven el asesinado, no miden nada",  concluye.
    (Publicado el 1/6/2015. Borrado por la actual dirección de Infojus Noticias.)

    "Se ve una sensación de impunidad, donde los chicos son las víctimas"


    (22/4/2015)

    Lo dice el periodista Daniel Riera, codirector junto a Mauro Gómez del documental "Un paisaje de espanto". El film visibiliza y denuncia casos de violencia institucional en manos de la policía de Chubut. Hace foco en el crimen de Gonzalo Julián Antillanca, muerto en 2010.

    Gustavo Ahumada
    “Lo que se ve es una sensación de impunidad grande donde los chicos jóvenes son las víctimas”, dice el periodista y escritor Daniel Riera, que junto a Mauro Gómez dirigió el documental “Un paisaje de espanto” en el que se indaga sobre la violencia policial en la provincia de Chubut. El film, que ya se vio en Trelew, será estrenado mañana en el cine Gaumont de Buenos Aires. 
    Se escucha un violín de fondo. En la imagen se ve a un grupo de chicos que baila alrededor de un fuego. Bailan cumbia y toman cerveza. Entre ellos está Julián Antillanca. Se lo ve contento. Es su última imagen vivo. Su cuerpo apareció días después en una calle, muerto. Julián fue golpeado en la madrugada del 5 de septiembre de 2010 por cuatro policías provinciales, en Trelew. Los golpes en el cuello y en la cabeza le causaron un paro y el joven murió. La versión policial intentó atribuir la muerte a un coma etílico. “Julián era una persona con una vida, con un futuro, con sueños, y todo eso le fue arrancado, arrebatado”, dice su padre, Carlos Antillanca, en el documental.
    Los mismos policías que golpearon a Julián, horas antes, habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay a la salida de un boliche. Ambos denunciaron lo ocurrido y los agentes tuvieron una condena leve por apremios ilegales aunque en el juicio fueron absueltos por el crimen de Julián. Los Aballay fueron fusilados luego, a principios de 2014. La causa llegó a la Corte Suprema, que confirmó la realización de un nuevo juicio, tal y como lo había decidido el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Chubut.
    “Es una película hecha sobre algo que está sucediendo ahora”, explica Riera a Infojus Noticias. Y se esperanza porque el documental “sirva como una herramienta de presión” para el nuevo juicio a los policías, que comenzará el lunes próximo. “Lo que se ve es una sensación de impunidad grande, donde los chicos jóvenes son las víctimas. Hay saña física”, dice Riera. “A uno lo prenden fuego y a otro lo cagan a trompadas hasta matarlo”, agrega. Y destaca que hay un hilo común: “Todos son jóvenes y pobres”.


    Las máscaras y el miedo
    Un paneo por distintos momentos del documental deja entrever la lucha de los familiares de los jóvenes que sufrieron en carne propia la violencia institucional de la policía de Chubut. Riera rescata el trabajo de la Comisión contra la Impunidad y por la Justicia. “Es como si fueran las Madres de Plaza de Mayo, pero ahora”, dice.
    “Ni un pibe menos” se lee en un cartel colocado en un poste de luz. “Alerta, comisaria de la muerte”, dice otro. Una marcha de familiares se dirige a la comisaría 2° de Trelew. Un dato llamativo: todos los participantes de la marcha van con una máscara blanca que les tapa la cara. “Van con máscaras por una cuestión de miedo”, explica Riera y recuerda que “en la Universidad Nacional de La Patagonia, el juez de la causa y uno de los abogados de los policías dan clases de Derecho Penal”.
    “Un paisaje de espanto” ya fue estrenado en la ciudad de Trelew. Las primeras cuatro funciones se hicieron en el Centro Municipal Cultural de esa ciudad y fueron a sala llena en una sala con lugar para 125 personas. Se realizaron dos funciones el viernes 17 y otras dos el sábado 18. Las primeras reacciones sobre la película son “muy fuertes”, cuenta Riera: “Había gente llorando, que quería multiplicar la película. El impacto social en Trelew es muy grande”.
    La película se rodó en diciembre del año pasado y a fines de marzo de este año se terminó el montaje. Riera recuerda que mientras terminaban el trabajo de la película sucedió el caso de Mauro Castaño, que murió luego de sufrir quemaduras en una comisaria. Al igual que los crímenes anteriores, lo habían “levantado” policías provinciales en una zona de boliches de Trelew.
    Como el caso Antillanca, la policial de Chubut tiene una historia de irregularidades y violencia. La película menciona otros casos: la desaparición Iván Torres (en 2003), el asesinato de Bruno Rodríguez Monsalves (2012), la violación y golpiza a Maximiliano Almonacid (en 2012), Andrés Gastón Vargas (2013) y el fusilamiento de Denis y Sergio Aballay (2014). Y los nombres siguen. “Un paisaje de espanto” intenta ser el vehículo para visibilizar algo que, como dijo Riera, “sigue sucediendo”.
    El documental se estrena mañana jueves a las 19.10 en el cine Gaumont, Espacio Incaa, en Avenida Rivadavia 1635.

    (Publicado el 22/4/2015. Borrado por la nueva dirección de Infojus Noticias.)